Miércoles 13 de agosto
Jueves 21 de agosto
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Miércoles 17 de Septiembre
Miercoles 1 de octubre
Miércoles 15 de octubre
Lunes 27 de Octubre
Martes 4 de noviembre
Jueves 13 de Noviembre
Este jueves 13 de noviembre llega la última audiencia con las ultimas palabras y sentencia del proceso que comenzó el pasado 13 de agosto caratulado como "Videla y otros".
El 19º juicio de lesa humanidad en Córdoba reabre una herida de casi 50 años, con dos acusados que regresan al banquillo para responder por crímenes de la dictadura.
No es un juicio más. Es el decimonoveno proceso por delitos de lesa humanidad en la provincia, una nueva oportunidad para que la justicia, que a veces se demora, por fin llegue. Esta vez, la lupa judicial se posa sobre dos acusados absueltos en causas previas: Gustavo Rodolfo Salgado y Osvaldo César Quiroga. Los testimonios de esta segunda jornada, son parte de un proceso que busca castigar a los responsables de los asesinatos de Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), Gustavo Adolfo de Breuil y Arnaldo Higinio Toranzo, y de los tormentos sufridos por Luis Alberto Urquiza.
El juicio se centra en un hecho particular y atroz: el traslado del 12 de agosto de 1976, donde la mañana se rompió con el estruendo metálico de las celdas que se abren. Desde el estrado, la voz de Daniel Roberto Juez, un sobreviviente, describió el infierno cotidiano de la UP1, un lugar donde "bailes" constantes de golpizas y encierros prolongados eran la norma. “¡Contra la pared!”, resonó en la sala, tal como lo hizo esa mañana en el pabellón. Cuatro nombres fueron nombrados: “Miguel Hugo Vaca Narvaja, Arnaldo Higinio Toranzo, Gustavo Adolfo de Breuil y Eduardo Alfredo de Breuil”.
El cronograma previsto por el Tribunal contempló las instancias finales que llegaron con los alegatos tanto de querella como de la fiscalía (27 de octubre), los alegatos de las defensas (4 de noviembre) mientras que la última palabra y veredicto será este jueves 13 de noviembre a las 9.30 en el TOF1 de Tribunales Federales (W. Paunero y Arenales).
Luego de sus alegatos, tanto la fiscalía (Facundo Trotta y María Laura Bazo Queirolo) como la representante de las familias querellantes, Adriana Gentile solicitaron: para el acusado Osvaldo César Quiroga (exmilitar) prisión perpetua, inhabilitación absoluta y costas, por los delitos de homicidio calificado por alevosía en los tres hechos juzgados. Mientras que para el imputado Rodolfo Salgado (expolicía) la fiscalía pidió 10 años, y por su parte la querella solicitó 15 años.
El testimonio de Mario Enrique Asbert, otro sobreviviente, añadió un escalofriante nivel de detalle. Recordó a un Vaca Narvaja que regresó a la celda golpeado y furioso, después de un traslado a un centro clandestino, probablemente La Ribera. Hugo le confesó que lo golpearon con una particular saña por su apellido, por su compromiso con los derechos humanos. En un acto de desesperación y resignación, Hugo le dijo: “Turquito, velame en vida, te voy a decir algunas cosas que si tenés la suerte de sobrevivir, decile a mi familia”, y con un dolor profundo que aún atraviesa el tiempo, confesó su único lamento: “decile a mis hijos que no sabés como me arrepiento de no haber hecho esa excursión en el tren de las sierras”.
La mañana del 12 de agosto de 1976, Asbert usó su "periscopio", un pequeño vidrio que le permitía ver por debajo de la puerta de la celda. Observó cómo se llevaban a su amigo, que ya sabía cuál sería su destino final. Vaca Narvaja, con una dignidad que desafiaba a la muerte, se despidió con un grito que aún resuena en la historia: “¡Viva Perón, carajo!”.
Luis “Vitín” Baronetto, fue el último testigo de la jornada. Enfocado en el hecho, dijo que el día 12 de agosto de 1976 fueron trasladados de la UP1, Miguel Hugo Vaca Narvaja, Arnaldo Higinio Toranzo y los hermanos de Breuil, por un grupo de militares a cargo de uno al que le decían “El Capitán”. Salieron en dos vehículos, primero para alguna dependencia del ejercito donde los tuvieron tirados en el piso, les ataron las manos con trapos y seguían vendados impidiendo la visión (acá escucharon el nombre “Teniente D’Aloia” como uno de los individuo que integraban la comitiva). Luego los llevaron a una zona cercana al estadio Chateau Carrera.
Los tres testimonios, ayudaron a reconstruir el fusilamiento de Miguel Hugo Vaca Narvaja, Arnaldo Higinio Toranzo y Gustavo Adolfo de Breuil; el 12 de agosto de 1976. Y como luego del asesinato, Osvaldo César Quiroga, obligó a Alfredo Eduardo De Breuil, a descender del vehículo y observar los cuerpos sin vida de Vaca Narvaja, Toranzo y de su hermano. También fue obligado a volver a la cárcel con un mensaje: “esto les va a pasar a todos”
Baronetto no se detuvo ahí. Su relato se extendió a un patrón de violencia sistemática, que él definió como un “mismo mecanismo cobarde”, usado para otros traslados y asesinatos, incluyendo el de su propia esposa, Marta Juana González, el 11 de octubre de 1976. Para finalizar, resaltó la labor del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), que ha luchado por décadas para identificar a los genocidas y a sus cómplices.

Cabe recordar que desde el año 2008, el Archivo Provincial de la Memoria realiza el registro audiovisual de cada uno de estos juicios, con el fin de resguardar las diferentes instancias judiciales como patrimonio histórico de los procesos de Memoria, Verdad y Justicia.
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Los juicios de lesa humanidad son orales y públicos. Las personas mayores de 18 años pueden participar presentando su DNI