Terrorismo de Estado en Córdoba

La implementación de la represión ilegal en Córdoba comenzó con anterioridad al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, mediante un golpe policial que derrocó al gobierno constitucional de la provincia, conocido como Navarrazo.

A partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, la maquinaria de exterminio se perfeccionó y se profundizó en consonancia con lo que sucedía en el plano nacional.

Planificación del terrorismo de estado.

A mediados de los años ’70, empezaron a ensayarse nuevos y perfeccionados métodos que terminaron por configurar un aparato organizado de poder para el exterminio de la oposición política. Si bien los golpes de estado son una constante que atravesó toda la historia argentina del siglo XX, la última dictadura militar tuvo características particulares. Implementó un Estado terrorista sin precedentes en nuestra historia nacional, incorporando aparatos represivos clandestinos. Este modelo represivo se consolidó en América Latina mediante el llamado “Plan Cóndor”.

ESCUELA DE LAS AMÉRICAS

Entre 1950 y 1975, más de 600 oficiales de las Fuerzas Armadas de Argentina participaron en los cursos especializados de lucha contrainsurgente dictados en la Escuela de las Américas, en el Canal de Panamá, dependiente de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Lograr la difusión de esta doctrina  para preservar los beneficios de una relación absolutamente desigual con los países de América Latina, fue el objetivo de los Estados Unidos con la creación de la Escuela de las Américas. Allí las teorías francesas de contrainsurgencia se perfeccionaron, siendo luego aplicadas en Vietnam y otros conflictos que afectaron los intereses de países imperialistas como Francia, Inglaterra y Estados Unidos. 
Un claro ejemplo de los militares que se formaron en la escuela de las Américas es Carlos Delía Larocca, imputado en el Juicio Mega causa “La Perla. Desde 1974,Laroccase desempeñó como agregado militar en la embajada Argentina en Estados Unidos y como delegado en la Junta Interamericana de Defensa (encargada de brindar asesoramiento técnico, consultivo y educativo sobre temas relacionados con asuntos militares y de defensa), y desde marzo hasta septiembre de 1975 fue Comandante del III Cuerpo de Ejército, momento en que asume Menéndez, hasta entonces Comandante 2º. Otro caso es Rosario Elpidio Tejeda (alias Texas), recordado en los testimonios de los sobrevivientes del CCDTyE La Perla por su “especialidad” en realizar interminables sesiones de tortura e interrogatorios.

LA CONSTRUCCIÓN DEL “ENEMIGO”
Más allá de las múltiples fuentes teórico-ideológicas que sirvieron de base al genocidio, es necesario resaltar al menos dos antecedentes: la doctrina y la metodología utilizadas por el nazismo, y la doctrina francesa de contrainsurgencia.
Desde mediados de la década de 1950 la teoría de contrainsurgencia diseñada por los franceses, aplicada para reprimir los levantamientos por la independencia de la colonia francesa de Argelia e Indochina, comenzó a tener una fuerte influencia en las fuerzas armadas argentinas.  Esta teoría otorgó una importancia fundamental a las actividades militares de “inteligencia”, la cual plantea la necesidad de cuadricular el territorio para tener mayor control y la creación de “escuadrones de la muerte” especializados en secuestrar y torturar. Además, le da una especial importancia al desarrollo de acciones psicológicas sobre la población para generar la percepción de un clima de inseguridad, inestabilidad y terror, partiendo de la concepción de un enemigo difuso, escondido entre la población civil. 
Por otra parte, en muchos de los países del tercer mundo se difundió fuertemente en América Latina la llamada “DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL”, en el contexto histórico-político de la Guerra Fría que dividía al mundo en dos bloques liderados por dos potencias: una capitalista y otra socialista, y en respuesta a la emergencia de los movimientos emancipatorios. Esta doctrina establecía que las nuevas hipótesis de conflicto estaban dadas por la presencia del enemigo interno: “elementos subversivos”, “agentes del comunismo internacional” que vulneraban la seguridad por estar infiltrados en todos los ámbitos de la vida social y a los cuales era preciso “neutralizar”. De esta manera las Fuerzas Armadas debían orientar sus acciones no sólo a la defensa frente a un agresor externo sino también hacia la propia población. Esta definición vaga e imprecisa, abarcaba potencialmente a todo aquel que planteara alguna disidencia con los sectores dominantes y justificaba un ataque generalizado hacia toda la población civil. Todas estas doctrinas sostenían la injerencia de las fuerzas destinadas a la Defensa -Ejército, Marina, Aeronáutica- en cuestiones de Seguridad. En base a ese tipo de doctrinas se desarrolló progresivamente la maquinaria del horror en nuestro país. 

PLAN CÓNDOR
Ese modelo represivo se consolidó a nivel nacional a partir del golpe de Estado de 1976 y a nivel internacional mediante el llamado “Plan Cóndor”. Este plan consistió en la coordinación de operaciones entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales en los países de toda América latina: Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador. Esta coordinación clandestina e ilegal entre militares y la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos –proporcionando finanzas, tecnología e información- , tuvo como principal objetivo la persecución, secuestro y asesinato de militantes políticos (activistas sindicales, estudiantiles y religiosos, periodistas o incluso familiares que reclamaban por sus seres queridos), dentro y fuera de las fronteras de cada uno de los países que integraban el Plan Cóndor. En estos años toda la región fue un territorio “liberado” para la implementación total del terrorismo de Estado. 
El sistema de persecución, asesinato y desaparición del Plan Cóndor consistía en tres niveles. El primer nivel era el de la cooperación mutua entre los servicios militares y de inteligencia de países vecinos para coordinar la vigilancia política. El segundo, era el de las acciones encubiertas, es decir, escuadrones multinacionales que hacían operativos encubiertos transfronterizos para detener y desaparecer a exiliados en otros países y trasladarlos a su país de origen, donde desaparecían definitivamente. El tercer nivel, era la llamada “fase III”, donde se conformaron escuadrones especiales para realizar asesinatos a dirigentes políticos que pudiesen movilizar la opinión mundial o consolidar una oposición a los regímenes dictatoriales. Uno de los casos más destacados ocurrió en Buenos Aires en el año 1976 donde asesinaron a Zeimar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, dos diputados uruguayos que estaban exiliados en nuestro país. 
El 5 de marzo de 2013 en Buenos Aires, comenzó el juicio para investigar y condenar a los responsables del Plan Cóndor. 

Traducción - Other´s Lenguage

English - State terrorism in Córdoba

State terrorism in Córdoba

The implementation of illegal repression in Córdoba began before the coup d'état of 24th March, 1976, through a police coup that overthrew the constitutional government of the province, known as the Navarrazo.

Following the coup d'état of 24th March, 1976, the extermination process was perfected and deepened in line with what was happening at the national level.

Planning State Terrorism

In the mid-1970s, new and refined methods began to be tested, ultimately creating an organised apparatus of power for the extermination of political opposition. While coups d'état are a constant throughout 20th-century Argentine history, the last military dictatorship had unique characteristics. It implemented a terrorist state unprecedented in our national history, incorporating clandestine repressive systems. This repressive model was consolidated in Latin America through the so-called "Condor Plan."

SCHOOL OF THE AMERICAS

Between 1950 and 1975, more than 600 officers of the Argentine Armed Forces participated in specialised counterinsurgency courses taught at the School of the Americas, located at the Panama Canal, a subsidiary of the United States Armed Forces. Disseminating this doctrine to preserve the benefits of a completely unequal relationship with Latin American countries was the objective of the United States with the creation of the School of the Americas. There, French counterinsurgency theories were perfected and later applied in Vietnam and other conflicts that affected the interests of imperialist countries such as France, England, and the United States. A clear example of the military personnel trained at the School of the Americas is Carlos Delía Larocca, a defendant in the "La Perla" mega-case trial. Since 1974, Larocca served as military attaché at the Argentine Embassy in the United States and as a delegate to the Inter-American Defense Board (responsible for providing technicaland educational advice on military and defense matters). From March to September 1975, he was Commander of the Third Army Corps, when Menéndez, previously Second Commander, took over. Another example is Rosario Elpidio Tejeda (alias Texas), remembered in the testimonies of survivors of the La Perla CCDTyE for her "specialty" in conducting endless torture and interrogation sessions.

THE CONSTRUCTION OF THE “ENEMY”

Beyond the multiple theoretical and ideological sources that served as the basis for the genocide, it is necessary to highlight at least two antecedents: the doctrine and methodology used by Nazism, and French counterinsurgency doctrine.

Since the mid-1950s, the counterinsurgency theory designed by the French, applied to suppress the uprisings for independence in the French colonies of Algeria and Indochina, began to have a strong influence on the Argentine armed forces. This theory placed fundamental importance on military “intelligence” activities, which posited the need to divide the territory into groups for greater control and the creation of “death squads” specialized in kidnapping and torture. Furthermore, it placed special emphasis on the development of psychological actions against the population to generate the perception of a climate of insecurity, instability, and terror, based on the conception of an enemy, hidden among the civilian population. On the other hand, the so-called "NATIONAL SECURITY DOCTRINE" spread widely in many Latin American countries within the historical and political context of the Cold War, which divided the world into two blocs led by two powers: one capitalist and the other socialist, and in response to the emergence of emancipatory movements. This doctrine established that new conflict scenarios arose from the presence of an internal enemy: "subversive elements," "agents of international communism" who violated security by infiltrating all spheres of social life and who needed to be "neutralized." Thus, the Armed Forces were to direct their actions not only towards defense against an external aggressor but also towards the population itself. This vague and imprecise definition potentially encompassed anyone who dissented from the dominant sectors and justified a widespread attack on the entire civilian population. All of these doctrines supported the interference of forces assigned to defense—the Army, Navy, and Air Force—in matters of security. Based on these doctrines, the machinery of horror in our country was progressively developed.

English - Plan Condor

PLAN CONDOR

This repressive model was consolidated nationally following the 1976 coup d'état and internationally through the so-called "Plan Condor." This plan consisted of the coordination of operations between the leadership of dictatorial regimes in countries throughout Latin America: Chile, Argentina, Brazil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Peru, Colombia, Venezuela, and Ecuador. This clandestine and illegal coordination between the military and the United States Central Intelligence Agency—providing finance, technology, and information—had as its main objective the persecution, kidnapping, and murder of political activists (union, student, and religious activists, journalists, and even family members pleading for the return of their loved ones), both within and outside the borders of each of the countries involved in Plan Condor. During these years, the entire region was a "liberated" territory for the full implementation of state terrorism.

The Condor Plan's system of persecution, assassination, and disappearance consisted of three levels. The first level was mutual cooperation between the military and intelligence services of neighboring countries to coordinate political surveillance. The second was covert actions, that is, multinational squads that carried out cross-border covert operations to detain and disappear exiles in other countries and transport them to their countries of origin, where they disappeared permanently. The third level was the so-called "Phase III," where special squads were formed to assassinate political leaders who could mobilize world opinion or consolidate opposition to dictatorial regimes. One of the most notable cases occurred in Buenos Aires in 1976, where Zeimar Michelini and Héctor Gutiérrez Ruiz, two Uruguayan deputies who were exiled in our country, were assassinated.
On 5th March, 2013, the trial to investigate and convict those responsible for Operation Condor began in Buenos Aires.